Monopolio

Cuando hay una situación de monopolio, la fijación de precios tiene en cuenta el ingreso marginal por cada unidad producida adicional y lo compara con el coste marginal correspondiente. En el punto en que ambos se igualen, determina la cantidad a producir, y proyectado sobre la demanda, el precio correspondiente.

El resultado de este comportamiento es la existencia de beneficios económicos extraordinarios (aunque se puedan diluir contablemente en el pago de sueldos, por ejemplo).

Veamos un ejemplo en la siguiente tabla:

Cantidad producida Coste total Precio según demanda Ingresos Coste Marginal Ingreso Marginal Beneficio
020-----20
1249949-13
226,88,416,82,87,8-10
328,47,823,41,66,6-5
429,557,228,81,155,40,75
530,756,6331,24,22,25
632,75636233,25
736,055,437,83,31,81,75
840,554,838,44,50,6-2,15
946,34,237,85,75-0,6-8,5
1054,053,6367,75-1,8-18,05

En este ejemplo tenemos una primera fase de pérdidas en que las pocas unidades producidas no cubren los costes fijos (0 unidades). Por otro lado, si se produce demasiado llega un momento que el ingreso marginal se hace negativo y por supuesto, tampoco interesa producir.

El ingreso total se hace máximo para 8 unidades pero eso arroja una pérdida de -2,15. La solución estará en buscar la menor diferencia o mayor igualdad entre coste e ingreso marginal, que se da para 6 unidades y proporciona un beneficio de 3,25.

En la práctica, si no hay barreras de entrada importantes (y la alta inversión no tiene porqué serlo), es posible que se fije la cantidad y el precio teniendo en cuenta no incentivar a posibles entrantes en el mercado (competencia dinámica), por ejemplo con 7 unidades comercializadas y un beneficio de sólo 1,75.