Para fijar precios es necesario conocer la demanda y así saber en qué punto se maximiza el ingreso (precio por cantidad). La forma más básica de conocer la demanda es según su elasticidad-precio, que se calcula entre dos puntos como la variación porcentual en cantidad entre la variación porcentual del precio. Aplicado a la transición entre un punto (p0,q0) y otro de la demanda (p1,q1) la fórmula a aplicar sería Elasticidad-precio = ((q1-q0)/q0) / ((p1-p0)/p0). El número resultante suele ser negativo ya que a mayor precio, menor cantidad demandada.
Hay un punto especial en la demanda en que si la elasticidad en valor absoluto es igual a 1 indica que no podemos aumentar el ingreso total ni bajando ni subiendo el precio. Para unos costes fijos, este punto determinará la óptima fijación de precios de la empresa.
El problema del estadio: Normalmente es difícil conocer o poder experimentar la combinación de precios y cantidades demandadas, lo que quiere decir que no se dispone de una cierta capacidad de monopolio. Si tomamos como caso de estudio un negocio con cierta capacidad de monopolio y capacidad limitada de cantidad ofertada, como sería un estadio deportivo, entonces sí es posible experimentar con los precios y optimizar su fijación. El resultado puede ser contraintuitivo en el sentido en que puede resultar mejor fijar un precio que no llene el estadio.
Fijémonos en la siguiente tabla:
| Precio por entrada | Cantidad de espectadores | Elasticidad | Ingreso total (precio x cantidad) |
| 22,5 | 10 | -9 | 225 |
| 20 | 20 | -4,0 | 400 |
| 15 | 40 | -1,5 | 600 |
| 12,5 | 50 | -1 | 625 |
| 10 | 60 | -0,67 | 600 |
| 5 | 80 | -0,25 | 400 |
| 2,5 | 90 | -0,17 | 225 |
| 1 | 96 | -0,04 | 96 |
| 0 | 100 | 0 | 0 |
En este caso la elasticidad unitaria (en valor absoluto) corresponde al precio de 12,5 y si buscamos el máximo en la columna de ingresos totales comprobamos que el máximo de 625 u.m. se da fijando ese precio y no uno más alto o más bajo.
Cuando estamos ante un caso en que los costes (personal, iluminación) son fijos e independientes de la cantidad de espectadores, entonces podemos concluir que un precio así fijado maximiza también el beneficio o minimiza las pérdidas posibles.
El ejemplo está basado en FISHER, S. y DORNBUSCH, R. "Economía," McGraw-Hill (primera ed. en español), México, 1985, p. 87.