Madela fue admirado por casi todos por su tenacidad (27 años en la cárcel) y cualidades humanas (como defender primero a los negros y después a los blancos), pero era también un buen organizador.

Cuando se esperaba que su partido fuese ilegalizado en 1952, pensó en el problema durante unos meses y trazó el conocido como 'M Plan', que consistía en organizar células independientes, pero dependientes jerárquicamente. Para ello, fijó que hubiese un responsable cada 10 casas y otro para cada calle, con los responsables de célula bajo su mando. Un grupo de calles formaba una zona, con su responsable-jefe, que a su vez dependía de la rama local del partido.

El secretariado era un subcomité que a su vez dependía de la secretaría provincial. De esta manera, sucesivamente, era posible conocer a todos y recolectar fondos.

Paralelamente, se daban clases políticas y celebraban reuniones que se iban transmitiendo hacia abajo. Las clases eran fundamentales para lograr la unidad, y quien las recibía, después las daba. El resto es historia.

MANDELA, Nelson. "El largo camino hacia la libertad," Londres, Little Brown, 1994.