Ensayo 7


Ahora, a por el impuesto sobre los dividendos. Los dividendos que "generosamente" las Sociedades Anónimas están obligadas a repartir para mantener el valor de la empresa no son suficientes. La tendencia marcada por los directivos de retener liquidez para posteriormente tener fondos de libre disposición debe limitarse con un activo mercado de empresas (a través de OPAs) y de sus directivos (a través de correctos incentivos). Pero esto no debe distraernos de que una excusa más para la retención de beneficios es que éstos si se reparten van a estar doblemente gravados: en el impuesto de sociedades al 35% y en el impuesto de la renta de los accionistas (con una retención del 18%).

Muchas son las ideas para relanzar una economía, pero pocas medidas como la de suprimir el impuesto sobre los dividendos repartidos puede producir además de la consiguiente expansión económica de una reducción de impuestos una correción al ineficiente mercado de empresas y directivo, y canalizar más fondos directamente de los ahorradores a las empresas que necesitan financiar inversiones. Sin penalizar doblemente la retribución a los ahorradores, se pueden conseguir mejoras en la organización empresarial y a la vez un avance macroeconómico, por lo que medidas como ésta serían muy de agradecer en países como el nuestro donde la anemia bursátil es endémica.


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